El reencuadre consiste en que seamos capaces de percibir cualquier experiencia desde distintas perspectivas y elegir aquella que nos resulte más útil y valiosa.
De esta manera, en muchas ocasiones, una situación que puede parecer adversa y negativa, puede convertirse en algo positivo.
El reencuadre se basa en el hecho de que no solemos percibir las cosas tal y como se nos presentan, si no que podemos verlas de maneras muy diferentes, y esas distintas maneras de ver una misma realidad provocan que respondamos a ella sintiéndonos, pensando y actuando de una manera o de otra, según la hayamos percibido.
Con esta técnica del reencuadre, podemos percibir una experiencia como negativa y comprobar posteriormente que la gran mayoría de las veces puede convertirse en una experiencia positiva y ventajosa si la vemos desde otra perspectiva. Consiste en encontrar en cada experiencia, el punto de vista que nos resulte más útil, para poder convertirlo en algo que nos favorezca en lugar de perjudicarnos.
Existe algún que otro refrán que hace referencia a esto, cómo, por ejemplo: “No hay mal que por bien no venga” y la filosofía oriental afirma que no existe nada tan malo que no contenga algún aspecto positivo. Ni al revés.
Los fracasos y los errores que cometemos nos suponen una oportunidad para aprender de ellos, mejorar y crecer, siempre que sepamos reencuadrarlos para percibirlos de la forma que más nos beneficie.
El significado que tendrá cualquier acontecimiento dependerá en gran medida del encuadre o la perspectiva con la que lo observemos. Cuando cambiamos la perspectiva, cambiamos también el significado. Y cuando el significado cambia, también cambian los sentimientos y las conductas que estaban relacionadas con él.
Practicar el reencuadre, nos ayuda a que seamos capaces de distanciarnos emocionalmente de las situaciones que vivimos, para que no nos afecten tan directamente y para ser capaces de poder ver las cosas desde otra perspectiva. Esto nos ayuda a que nuestras emociones y conductas positivas aumenten y podamos ser más atractivos/as para las personas que nos rodean.
El reencuadre resulta muy útil para los distintos aspectos de la comunicación interpersonal.
Por ejemplo, Beck aconseja a los profesionales de la psicología que, si acude un paciente a consulta que no muestra confianza en el tratamiento y lo pone en duda, tomemos a ese paciente como una persona inteligente que necesita encontrar pruebas objetivas y científicas, antes que creer que el tratamiento va a funcionar solamente porque se lo digamos nosotros/as.
Para las personas que son tímidas, se aconseja que utilicen la técnica del reencuadre para considerarla como un ejercicio a la vergüenza en caso de que cometan un fallo.
Algunos otros autores como Robbins, aconsejan que se utilice el reencuadre para modificar algunos recuerdos que teneos. Por ejemplo, algunas parejas cuando rompen tienen un trauma y esto les dificulta mucho el poder establecer otra relación de pareja, porque según Robbins, se centran especialmente en los aspectos negativos de la relación, aunque hayan existido muchos positivos. (Las razones de la ruptura, por ejemplo). La solución para esta situación sería reencuadrar los recuerdos para almacenarlos en la memoria del modo que resulte más conveniente y beneficioso (Recordando más los momentos positivos de la relación y todo lo que aprendiste con esa persona etc.) Este hecho les ayudará a sentirse mejor y a actuar de manera más positiva.
Otros ejemplos importantes de reencuadre serían los siguientes:
• Cuando nos duele algo físico, puede ser una señal que nos está mandando el organismo para que nos cuidemos mejor.
• Si te das cuenta que has fallado en algo, puedes tomarte ese fallo como algo positivo y como un aprendizaje del error para no volver a cometerlo en el futuro.
• Romperse una pierna o hacerse un esguince, puede tomarse como una oportunidad para descansar o para descubrir cosas por las redes sociales.
• Cuando coincidíamos con personas que piensan y actúan de manera muy irracional, podemos pensar que es consecuencia de su educación, de su biología y de su manera de interpretar las cosas que nada tiene que ver con la nuestra.
• Una enfermedad crónica puede ayudarnos a aumentar la autoestima, ya que, puede servirnos para cuidarnos mejor y para mimarnos más como no lo habíamos hecho hasta ahora y de esta manera, aumentar la frecuencia de tus pensamientos y de tus emociones positivas.
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