Esta preciosidad de aquí se llama Tyla, es mi gata, y a lo largo de sus 6 años de vida me ha enseñado algo muy importante.Puede que os estéis preguntando ¿y a mi que me va a enseñar una gata?, pues yo bien he aprendido a captar las señales y a aceptar sus límites y su espacio. Esto es algo que creía que ya venía haciendo con todos los seres vivos de este mundo pero llegó mi gata para enseñarme que no, que no con todos.

Y claro, tantos años me han dado para reflexionar y para preguntarme por qué a las nos cuesta tanto aceptar los límites de los demás. Y he llegado a varias conclusiones, una de ellas es que vivimos en un mundo tan frenético que no somos capaces de pararnos y observar la conducta no verbal de los demás. Y, a veces, incluso la verbal porque, si,en muchas ocasiones nos dan pistas con su tono de voz, donde ponen el acento e incluso con  palabras de manera indirecta, solo tenemos que prestar atención.

¿Y a vosotros como se os dá captar las señales y aceptar los límites?

Y como podéis observar al final del video ahí está Tyla poniéndome los límites, pero yo feliz


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